...

Recuerdas cuando dijiste que nunca lo olvidarías? 

Yo tampoco lo he olvidado, Emily...

Primavera del 2005. Era 1 de Mayo. Apenas cumplíamos un mes de novios, y recuerdo tu cara de felicidad, cuando te dije que te llevaría a Coachella. Preparé cada detalle para impresionarte, para que te dieras cuenta lo mucho que me esforzaba por que lo nuestro saliera adelante, parecías realmente contenta con todo lo que había hecho. Planee toda la tarde, me aprendí el horario de los grupos que a ambos nos gustaban, y finalmente no nos perdímos ninguna de sus presentaciónes. 

Recuerdo tu cara, cuando el set de New Order empezó. Sonreías de oreja a oreja, mientras me contabas que ese era uno de los grupos favoritos de tu padre, y que habías crecido oyéndolos...eventualmente te gustaron tanto, que hasta los oías por tu cuenta...aun puedo oírte cantar Bizzarre Love Triangle con todas tus fuerzas, mientras movías todo tu cuerpo al ritmo de la canción...yo solo me quedaba mirándo tu manera de adentrarte en la canción, y la forma en la que creabas tu propia atmósfera al cantar...recuerdo haberme quedado inmóvil, atento a cada cosa que hacías, me hechizaste...y ese fué solo uno de tantos hechizos que pusiste en mí. 

Vino Coldplay y en el momento en el que los acordes de Yellow empezaron a flotar en el aire, volteamos a vernos...esa canción, era nuestra canción y de nadie más. Miles de almas coreaban junto con Chris Martin, pero ninguna como nosotros dos, esa canción era mucho más que eso para tí y para mi. La  cantamos de principio a fin, y debo confesar que hasta tuve ganas de llorar, pero obviamente me contuve...no iba a llorar frente a tí, no sabía lo que ibas a decir de mí.  

En mi memoria, sigue grabado el momento justo en que nos tomaron esa foto. Habías encontrado a una de tus amigas, y le pediste que nos tomara una foto. Ella solo nos dijo, que las mejores fotos salían al natural. Lo único que se me ocurrió, fué levantarte entre mis brazos, y justo ahí te dí un beso. Después alzaste tu mirada, y sonreíste, y fue justo así como quedó la imagen...veo tu sonrisa tan genuina, y tan verdadera, y el simple hecho de pensar en ese momento, me da escalofríos, es como si volviera a vivir ese día una y otra vez. 

Ahora, es invierno, y 4 años han pasado de ese día. Y creo que nunca fuí tan feliz si no fue a tu lado. Tantos momentos, tantos sabores, tantos olores impregnados en mi memoria...y los atesoro todos con tanto cariño. Me cambiaste la vida de una forma tan drástica y tan extraordinaria, que ahora que te veo sentada en esa cama de hospital no puedo creer que digan que ya no recuerdas absolutamente nada. Vamos Emily, se que muy dentro de tí lo recuerdas...me recuerdas. Verdad que sí? demuestrales a todos que si te acuerdas de mí. Te ruego, te tomo de la mano, y solo deseo que los circuitos dentro de tu cabeza vuelvan a conectarse, y me recuerdes como antes...me muero porque vuelvas a saber quien soy...es que, si tú no sabes quién soy yo, entónces yo también lo olvidaré. 

-Lo siento señor, no puedo recordar quién es usted, y no me puede pedir que lo ame. Yo no lo conozco, ¿cómo espera que lo haga?...-me contestaste, y todo se volvió más frio...más inerte, más lejano. Solo te miré, e incrédulo vi desaparecer todas mis esperanzas y mis sueños. Porque, tenía muchos, sabes? Que hay de el futuro que juntos habíamos trazado? que hay de todas las estrellas que conquistamos?. 

Te digo adíos. Un adiós forzoso porque me niego a seguir así, mirándo, y sintiendo tu indiferencia...yo sé, yo sé que no es una indiferencia injustificada, pero así no puedo seguir... mi corazón se parte cada dos segundos, y si paso un minuto más en este frio hospital, estoy seguro de que me quedaré sin nada. 

Adiós, Emily, fuíste y serás el amor de mi vida. Ojalá un día lo recuerdes...