Perhaps, perhaps, perhaps.......

Abres la ventana y vez como pequeñas gotas de agua golpean contra ella. Una sonrisa se dibuja en tu rostro; siempre has amado ver llover, por alguna razón desde pequeña una sensación de alivio, confort y tal vez de placer te invade al sentir como cada gota cae sobre ti y te acaricia la cara. De repente un espectáculo de sombrillas aparece en escena. Nunca has entendido porque la gente corre; es solo agua, te dices a ti misma. La lluvia se intensifica y tu mueres por salir de tu cuarto para recordar los buenos tiempos. Cierras la ventana, varias gotas de lluvia han mojado tus dibujos. Caminas descalza por el lugar y cojes una toalla, algo de ropa y entras a tu baño. Te das un regaderazo y te arreglas. Te pones aquellas botas contra lluvia que acabas de comprar, ese suéter de grecas que tanto amas y la bufanda que el te regalo. Tomas las llaves y un pequeño pedazo de papel junto a una pluma, escribes una nota “Regreso pronto, la lluvia me estaba esperando! Te Amo”. Abres la puerta y sales. Una vecina te observa desde su puerta. ¿A dónde vas niña?, te pregunta. Tú prefieres ignorarla, lo único que hay en tu cabeza es ese deseo de salir de ahí. Caminas un largo pasillo y luego bajas por las escaleras. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho escalones. Ahí esta la salida, esa puerta que te llama, que te ruega porque muevas la perilla. Tú corres hasta ella, tomas la perilla, jalas hacia ti la puerta y ese aire de libertad te golpea dulcemente. Sueltas la perilla y corres hasta donde nada se interponga entre tu y la lluvia. La primera gota cae, tu te estremeces, la segunda, la tercera, estas empapada. Te sientes realizada, estas ahí y nadie ha podido impedirlo. Comienzas a caminar por la calle. Sigues observando como todo el mundo corre y te ve de una manera extraña por tus acciones y actitudes. A ti eso no te importa. Sigues caminando. Caminas por horas, caminas y caminas. Poco a poco ya no sientes frío, tu ropa esta empapada pero eso a quien le importa. Llegas a un parque. De repente, lo vez, es el, es el chico que siempre viste en sueños. Corres, corres, no hay nada que te detenga. Llegas, lo miras y te das cuenta el es la unica persona a la que sin conocerla le entregaste tu corazon. El te ve. Se acerca a ti y te abraza. Tu te estremeces igual que con la lluvia. El persive eso y se aleja. Tu le dices que no. Lo tomas de la mano, esta fria. Lo miras a los ojos, se miran a los ojos. Sus corazones se comunican con fuertes latidos. Cierras tus ojos y lo besas, no puedes controlar ese deseo. Sus labios tambien estan frios, no importa son dulces al tacto. Algo te incomoda. Un fuerte pitido suena. Tu corazon se acelara. Abres los ojos. El no esta ahí, nada esta ahí, solo tu cuarto y ese golpeteo en la ventana. Bajas de tu cama caminas hacia la ventana. La abres y vez como pequeñas gotas de agua golpean contra ella. Una sonrisa se dibuja en tu rostro; siempre has amado ver llover, por alguna razón desde pequeña una sensación de alivio, confort y tal vez de placer te invade al sentir como cada gota cae sobre ti y te acaricia la cara. De repente un espectáculo de sombrillas aparece en escena. Nunca has entendido porque la gente corre; es solo agua, te dices a ti misma. De repente te das cuenta que todo es igual a tu sueño y piensas “Tal vez hoy no este soñando!”.

2 comentarios:

meep dijo...

wow me encanto como te expresas de la lluvia
por que es de lo mejor!!!
quien no adore a la lluvia es gay!!!
XD XD

Mafie* dijo...

Es cierto eso que dices, de que si solo es agua, porque la gente corre. jajajaja, como que no recuerdan cuando eran niños y les valía gorro. jajaja

Me gusto mucho mucho! :B No había tenido oportunidad de leerla bien hasta ahorita!

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