You are now the sea...

Me llevó en su auto a la playa. Ella cási nunca tenía tiempo para mi.Hace mucho que me había dejado en segundo plano, pero no la culpo. Ya eran 11 años de convivir conmigo a la fuerza, así que creo que merecía un descanso de mi...además, todo resulta mucho más interesante, que visitar a tu hermana, con su aburrida vida, teniendo una vida tan ajetreada y tan interesante como la suya.

Esa tarde, al estacionar su camioneta frente a la playa, sacó de la cajuela varias cajas, y algunas otras cosas. No entendía absolutamente nada de lo que pasaba, pero no dije nada. Después, sacó algunas cajas de regalo, y me pidió que me sentara en la arena. Yo no puse objeción alguna, y me senté ahí, de espaldas al sol.

-Ves todas estas cajas, Vivianne? Todo esto es tuyo. Verás, algunas son cosas que guardé en las navidades, pero que realmente nunca quise darte, algunas otras son cosas mias que quiero que tengas, y otras son cosas mias que siempre has querido, pero que yo nunca te he dado o prestado. Una de estas cajas tiene varios cuadernos. Quiero que los leas todos. Y que después los quemes, justo aquí...-me dijo en un tono solemne, que no entendía. De hecho, no entendía toda la ceremonia de sacar las cosas, mientras pudo simplemente abrir la cajuela y mostrármelo todo desde ahí.

-Y ahora? este desplante caritativo tuyo, de dónde vino?-le pregunté en tono sarcástico, sin embargo, mi hermana mayor no le vió mucha gracia a lo que dije. Simplemente, se quedó ahí parada, con la mano en la cintura y el cejo fruncido.
-De donde venga, no te incumbe. Tú solo acepta todo lo que te estoy dando antes de que me arrepienta...Estoy conciente de que he sido muy mala contigo estos 19 años, y quiero reparar las cosas de alguna forma...y como yo no sé realmente como hacerlo, esta fué la unica forma que Dios me dió a entender...-me dijo, como siempre, en ese tono algo molesto. Sin embargo, seguía sin entender las cosas.

-Bah, ya no importa. No te culpo por tratarme mal, Marianne, tú has tenido que hacerte responsable por mi, desde que mamá no está, y sé que puedo ser realmente una odiosa, así que, no tienes porqué regalarme todo esto...-le dije, riéndome. Me paré, y me acerqué a las cajas de forma curiosa. Sin embargo, me jaló del brazo y negó con la cabeza.

-Quédate sentada!, yo no dije que podías ver todo lo que está aquí ahora, después lo harás. Ahora, hay ciertas cosas que tienes y que tengo que hacer primero...-me dijo, se alejó de mí, y se quitó las botas para la lluvia que traía puestas, su abrigo, y se quedó solo con el vestido blanco que traía. Después, volteó a verme, y volvió a la camioneta. De su bolsa, sacó dos sobres, y me los entregó.

-Toma, puedes leer el sobre rojo si quieres, en lo que nado un poco...-me dijo, sonriente. Asentí y me volví a sentar en la arena. Me puse cómoda, y la ví correr hacia el oceano, después saltó, y se sumergió. Después, abrí el sobre, y me encontré con la ordenadísima letra de mi hermana, en la típica tinta azul de su pluma fuente...y leí.

"Seguramente, no entiendes porqué te di todo esto, pero espero que al final de esta carta, hayas comprendido de mejor manera porqué hice lo que hice. Quiero pedirte perdón por cada cosa que te he hecho. Por echarte de la casa, por dejarte a tu suerte, por abandonarte de la misma forma en la que mamá nos abandonó a tí y a mi. Quiero pedirte perdón por haber sido tan grosera contigo, por haber hecho que tu infancia fuera miserable, y por haberte dejado sola por las noches, cuando tanto me necesitabas, no intento excusarme, pero no sabía como manejar las cosas. Y ahora que sé en la mujer que te has convertido, puedo dejarte en paz. A pesar de cómo te traté, me has demostrado que eres fuerte, y que no te echaste a perder como yo...es ahora, cuando todo lo malo que he hecho, viene a golpearme en la cara, y apénas puedo soportarlo...no soy tan fuerte como tú, y creo que nunca lo seré. Es por eso, que necesito irme, quiero irme, he hecho tantas cosas malas, que si te enteraras, seguramente, estarías mucho más decepcionada de mi, de lo que ya estabas. Y no quiero que todo lo malo, manche tu vida. Así, que te dejo. Me despido aquí...antes de que todo se vuelva peor. Para cuando estés leyendo esto, ya estaré algo lejos de la orilla, por favor, no mires hacia el mar ahora. Quédate ahí, y solo deseame suerte...me dejaré llevar por el mar, y me iré. Ahora solo quiero que sigas siendo fuerte, y manejes lejos de aquí y hagas tu vida. No te olvides de mí, por favor...que tu mente, recuerde los buenos momentos...me da tanta pena que sean pocos, pero espero puedas aferrarte a ellos. -Marianne".

Después de terminar de leer la carta, me pare del suelo, y derramé la primera lágrima en mucho tiempo. El mar parecía tan pacífico como siempre, y ya no había rastro de ella. Voltee, y miré las cajas, me acerqué...y ahí estaban todas esas cosas que le pertenecían, y que siempre me harían recordar quién realmente era, a pesar de todo lo que ocurrió. Yo no era nadie para juzgar su decisión de irse...solo lamento que la situación no pudo ser diferente a esta.

2 comentarios:

Alejandra dijo...

Me gusto tu historia......
Es triste....pero genial!! Me gusta ese misterio del principio jajaja al final te produce un escalofrio.....
Pero bueno espero leer pronto tu siguiente historia....Ahhh de grande quiero ser como tu!!
Jajajaja.....

meep dijo...

tu pretendes hacerme llorr todo el tiempo no?
pues lo lograste
buaah
bno ok exagero
pero no cuando digo que tus historiaS me facinan
asi como dices q debes de aprender con menos palabras...yo quiero aprender a usar mas palabras

Publicar un comentario