2.Back To Black

Y le conté todo a Daniela. No sabía por qué estaba a punto de contarle mi vida privada a una perfecta extraña, pero no tenía nada que perder...y comencé. Lo vi todo de nuevo en mi mente, y palabra por palabra, fue saliendo todo...
-Su forma de bailar me hipnotizaba.Ahí estaba yo, parado en la esquina del lugar, fumando, mientras muchos bailaban a la vieja usanza, contorsionandose tal y como Ian Curtis lo haría. Y ahí estaba ella, su piel blanca, una peluca azul eléctrico, y maquillada llamativamente, traía un vestido que parecía de los años veintes, y una decena de collares de perlas de diferente tamaño alrededor de su delicado cuello.

Sonreía. Se dejaba llevar por la música, y apostaría lo que fuera a que la sentía en lo más profundo de su ser. Me acerqué a ella, y yo no tuve que hacer absolutamente nada, volteó, como si hubiera sentido mi mirada desde hace rato y me atrajo hacia ella. Bailamos juntos, sentir su piel tan suave ya me estaba volviendo loco, mi mente viajaba a kilómetros y kilómetros de ahí, y me imaginaba un futuro con ella, que todavía faltaba por escribirse.

-Carol...soy Carol Kingsley...-me dijo casi gritando en mi oído mientras bailábamos. Desperté de aquel letargo en el que estaba, y le contesté con mi nombre. Sonrió, y siguió bailando conmigo hasta que la pieza terminó. Después nos sentamos en la barra, y de trago en trago nos contamos todo...al menos todo lo que era importante saber de cada uno, y sin más preámbulo, me llevó a su casa. Sabía lo que vendría después, y obviamente no le quise jugar al ingenuo. Había algo en ella, que me intimidaba, que me hacía sentir intrigado, pero no pretendía averiguarlo pronto. Me volví un simple planeta girando alrededor de ella. Se volvió mi obsesión, como lo intuía desde el principio.

No tardé mucho en darme cuenta de que tomaba pastillas.Siempre se quejaba de tener terribles dolores de cabeza, o que sufría de un insomnio severo. Y le creía...muchas veces, cuando empezamos a salir, se despertaba en medio de la madrugada, y ponía algún disco de The Who, y se quedaba mucho tiempo después en medio de la alfombra. Siempre la encontraba tirada ahí por las mañanas, y la recogía para llevarla a la cama. Me quedaba con ella hasta que despertaba, y todo se volvió una rutina a la que comenzaba a acostumbrarme.

Después me di cuenta de que no solo eran pastillas, también eran inyecciones, que primero intentó ocultar de mi, pero al encontrarla varias veces seguidas en el suelo, en medio de una crisis, sabía que ya no podía ocultarlo. Y yo...simplemente lo dejé pasar.

-Sabes? es como si ya no tuviera control sobre mi mismo. Me absorbe, me acapara, y yo simplemente no tengo las agallas para negarme. Y no lo entiendo! caray, no entiendo por qué sigue metiéndose todas esas porquerías teniendome a mi. Yo puedo ayudarla, ella lo sabe, pero...-Daniela me interrumpió.
-Yo creo que sigues pensando que puedes ayudarla...te aferras a esa idea, y es por eso que has aguantado tanto con ella, pero siento romper tu burbuja: Eso nunca va a suceder. Conozco a esa gente, Brandon. Nunca cambian. Nunca lo harán, y ahora te esta absorbiendo a ti a ese mundo, no tardarás mucho en ser como ella, si sigues dejandote ir así, sin más. Pero bueno, continua por favor...-dijo Daniela, y aun pensando en lo que acababa de decir, continué.
-Desde un tiempo para acá, ha perdido mucho peso. La chica que yo conocí en aquel lugar, en nada se asemeja a la Carol de ahora, sus ojeras son realmente visibles, y sus hábitos solo han empeorado. Muchas veces, no llega a casa, y yo solo me quedo sentado en el sillón, fingiendo que veo la televisión, mientras, en mi mente, tengo visiones de todo lo que podría estar pasando en el momento, sin siquiera saberlo. Me vuelvo loco, me embriago...y me entra una furia momentánea hacia ella, me digo a mi mismo, que a la mañana siguiente, cuando vuelva, la echaré de la casa, y seguiré con mi vida, pero no puedo...Estoy enganchado a ella,completamente...

Contándole todo eso a Daniela, me di cuenta de muchas cosas. La mayoría, no eran muy agradables. Sabía que tenía la respuesta en mi nariz, que era realmente tonto de mi parte seguir con alguien que me estaba llevando directo al camino de la auto-destrucción, y yo no estaba haciendo algo al respecto.

-En serio, tienes que pensar bien las cosas, tienes que darte cuenta de que no la estas ayudando, y tú no te estas ayudando tampoco. Estoy segura de que si comparas al tú de antes, con quien eres ahora, te encontrarías con algo no muy bueno. De verdad me gustaría mucho seguir hablando contigo, pero tengo algo que hacer. Te propongo vernos aquí mismo, a las siete. Y piensa bien lo que te he dicho. Tienes que hacer algo antes de que sea demasiado tarde...-se despidió de mi rápidamente con un beso en la mejilla, y me sentí extraño. Hace mucho tiempo, que una chica que no fuera Carol me besaba en la mejilla. Hace mucho tiempo, que no hablaba con alguien que de verdad me oyera, y que no se dedicara solo a criticarme y a atacarme. Daniela me agradaba realmente.

Decidí no regresar con los chicos, y me fui directo a casa. Para mi sorpresa, Carol estaba ahí. Lloraba inconsolablemente, en una orilla de la sala, y no paraba de frotar sus manos. En cuanto me vio, corrió hacia mi, y literalmente tuve que cargarla. De verdad podía sentir dolor en sus ojos. Se veía realmente asustada. La senté delicadamente en el sillón, y me di cuenta de que tenía un moretón enorme en el brazo. Supuse que lo tenía porque se había inyectado mal.
-Brandon...Prometeme, prometeme con tu vida que no vas a dejarme...por favor, dime, dime que NO vas a dejarme nunca! Yo te amo, te amo tanto...que no podría soportar si me dejas, me mato!!...-me dijo,aferrándose a mi cuello, cerré los ojos, y me imaginé lo que haría si le diera una respuesta negativa. Estaba seguro de que no bromeaba cuando decía que se mataría. Lo haría. Y ahí estaba la disyuntiva más grande a la que se había enfrentado hasta ahora. Podía dejarla ahora, y afrontar las consecuencias de eso, o podía seguir jugándole al héroe, al salvador...y seguir con ella. Pero no podía negar que la amaba. Probablemente no tanto como antes, pero no menos, como para dejarla ahí a su suerte ahora.
-Carol...creo que es necesario que dejes esas cosas. Solo te estas haciendo más daño...-le dije, mientras la besaba. Pero ella pareció no hacerme caso. Pronto, se deshizo de mi camisa, y continuó besandome. Sabía que no íbamos a hablar esta noche. Mientras tanto, solo pensaba en qué rayos hacer ahora. Estaba hundido hasta el cuello en esto, y no sabía cómo salir, antes de ahogarme en ella por completo.








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