*YA SÉ que todavía no me toca, pero pero pero ya quería continuar, espero no les moleste :D!
Me he quedado sentada. La cara de Bob parece no mostrar emoción alguna, pero sé que esta sintiendo algo. Podrá estar modificado por dentro, podrá estar repleto de circuitos ahora, pero al ser humanos en esencia, es difícil no sentir algo por lo que tenemos frente a nuestros ojos.
Flashes de mi vida pasada corren en mi memoria, como una película adaptada solo para mis ojos. Comienzo a ver pedazos de mi niñez, y de mi adolescencia, pero todo se corta violentamente hasta el momento, donde me veo en el suelo, inconsciente, con una bala en la cabeza...y ahí se corta todo. No sé más, pero puedo imaginarmelo...
-Tal vez deberíamos seguir...el amanecer está por llegar, y no podemos quedarnos aquí...-me dice Bob, con su voz firme, pero suave. Ni siquiera voltea a verme, solo camina en dirección opuesta. Quiero preguntarle algunas cosas pero no me atrevo...probablemente no sea el mejor momento.
Camino detrás de él, y cada vez que volteo a ver a la gente que yace muerta en toda dirección posible, siento de nuevo ese dolor agudo en el estómago. Me gustaría cerrar los ojos, y hacerme ajena a todo esto pero no puedo. Todos ellos, estuvieron vivos, y tenían esperanzas, vidas, y sueños como de seguro yo las tuve alguna vez, y por más que pienso en qué diablos pudo haber pasado aquí, no se me ocurre nada coherente.
El silencio tan sepulcral me hace sentir rara. Hace un rato, solo podía oír cristales rompiéndose, gritos, disparos, y ahora todo estaba en una quietud que comenzaba a inquietarme en demasía. A veces, el silencio puede ser tan perturbante como un grito desesperado. El sol comenzaba a salir, y Bob por fin paró de caminar. Me quedé parada tras de él, y volteó súbitamente a verme.
-Tenemos que escondernos ya...aunque no creo que eso sea suficiente...-dijo, y voltee para todos lados. Por un momento, una idea pasó por mi mente. La ruta hacia el subterráneo más cercano apareció ante mis ojos, y no dudé más, ya sabía a dónde teníamos que ir. Tomé de la mano a Bob, y aunque al principio lo sentí renuente, comenzó a seguirme. Me miró de forma extraña, pero aun así siguió corriendo. Llegamos, y bajamos las escaleras, para encontrarnos en plena oscuridad. En mis ojos, aparecieron flechas que me indicaron el camino que debíamos seguir. De pronto, se oyeron ruidos cercanos a nosotros, y Bob me jaló de la mano, y me detuvo. Nos quedamos parados enmedio de aquella oscuridad, y me descubrió la muñeca.
-Tengo que sacarte esto. Es lo que hace que el calor circule por tu cuerpo, y te mantiene viva, tendré que quitártelo por unos minutos, esas cosas detectan calor...-dijo él, y yo le quité el brazo con prontitud.
-Disculpa, acabas de decir que eso me mantiene viva, y esperas que deje que me lo quites? No...definitivamente no!-le grité, haciendo que los ruidos se oyeran todavía más cercanos a nosotros, unas luces rojas se prendieron, se veían más como ojos...
-No seas tonta, no te lo quitaría si no supiera que yo puedo mantenerte viva, ahora corre! lo has echado todo a perder...-me dijo, y corrimos por el túnel del metro, hasta llegar a un pequeño compartimiento que él abrió sin contratiempos. Era un lugar sumamente estrecho, pero cabíamos los dos.
-Ahora, necesito quitarte eso!-me dijo en voz muy baja, pero no menos persistente.
-Pero como...-le intenté decir, pero él me interrumpió abruptamente.
-Quieres vivir o no? si no te lo quito, igualmente morirás, así que decide!-me dijo, visiblemente enojado, y tuve que ceder.
Con todo cuidado, tomó mi muñeca, y abrió hábilmente la pequeña parte de piel donde se encontraba. Era un aparato pequeño, redondo y encendido al rojo vivo, en cuanto me la quitó, me sentí débil, y de no ser por que me agarró fuertemente de la cintura, me habría caído al suelo. Tomó el aparato con su otra mano, y de rojo pasó al azul, y lo guardó en su bolsillo.
Mientras tanto, ahí estaba yo, desvaneciéndome en sus brazos, sintiendo como cada parte dentro de mi, lentamente dejaba de funcionar, poco después, él mismo se quitó el aparato aquél, de sí mismo, pero él no mostró cambio alguno...se quedó ahí, mirándome, sosteniendome en la oscuridad. Sé que en la oscuridad no puedes ver absolutamente nada, pero estoy completamente segura de que me miraba. Y yo, cerraba los ojos poco a poco.
Oímos varios sonidos algo agudos, que provenían de esos radares automáticos que programaban los cyborgs para encontrar humanos que todavía pudieran seguir vivos, tenían un sensor de calor, que ayudaba a identificarlos, pero nosotros ya no irradiábamos calor alguno, así que pasaron a lado de nosotros, sin siquiera encontrarnos.
Minutos después, volvió a colocar el aparato en su muñeca y en la mía, y se dio cuenta de que la mía no cambiaba del azul. Y yo ya sentía que no podía resistir más. Me cargó, y corrió por el túnel del metro, hasta la siguiente estación, salimos hacia la superficie, y me sentó en una banca de un parque medio destruido. Tomó la palma de su mano, y la juntó contra la mía, y pude ver sus venas y las mías iluminarse. Estaba dándome un poco de su energía en aquella conexión, y de alguna forma pude sentirlo...lo sentí profundamente. Nos miramos...y las cosas tomaron otra dirección...
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