2. Easy come, easy go.

Había pasado 2 horas sentada en la misma sala incomoda de aquel despacho, sin saber cual era la razón por la que aquellos hombres de traje me habían traído. El tiempo pasaba y solo veía pasar gente, una tras otra. De repente vi a mi madre entrar por una de las puertas, era un alivio, por lo menos no estaría sola. Mi madre, no era solo eso, era mi mejor amiga. Después de separarse de mi padre y tener que dejar a mi hermana ir con el a NY, ella y yo nos habíamos vuelto muy unidas, siempre nos contábamos todo y aunque a veces no estaba se acuerdo con lo que hacia trataba de entenderme. Ella era fotógrafa profesional, había tenido muchas exposiciones en varias partes del mundo. Creo que eso había sido parte del factor separación entre ella y mi padre. En el momento en que llego junto a mi me abrazo, fue muy extraño, al sentirla percibí que algo andaba mal.
-¿Que sucede?
-Tu abuelo a muerto.
-¿Que? -grite alejandome de ella-
No podía creerlo, no podía, hacia apenas hacia tres días lo había visto y estaba bien. Necesitaba verlo, el no podía estar muerto. El siempre había sido nuestro cómplice, si, nuestro, de mi hermana y mío. Como olvidar el ultimo verano que pasamos juntos toda la familia, después de mandarnos castigadas a nuestro cuarto sin comer galletas, por habernos metido en asuntos que según mis padres no nos incumbían, el abuelo robo uno de los tarros y nos lo llevo a nuestro cuarto, junto con un vaso de leche para cada quien. Al día siguiente mi padre lo regaño pero a el no le importaba, sus nietas eran primero. Antes de la separación de mis padres, el viajaba mucho y de cada viaje siempre nos traía cosas fantásticas a mi hermana y a mi. Había veces que nos traía, dulces, cajas de música, ropa, o muñecas, cualquier cosa interesante. El siempre decía que las cosas mas maravillosas son las que tienen una historia interesante. Al separarse mis padres yo me volví muy unida a el. Creo que nuestra sed por conocer el mundo nos unió. Todos los días después de la escuela iba a visitarlo a su casa, el me contaba historias, me mostraba fotos y todo lo relacionado con sus viajes, ambos disfrutábamos mucho de la compañía del otro.
-Jane! -grito mi mama-
-¿Que sucede? -decía sin poder mirarla a los ojos-
-Tienes que venir....-dijo al señalarme una sala donde estaban los hombres del traje-
Me levante sin mucho animo y entre a la sala. Mi madre se sentó a mi lado y tomo mi mano, estaba segura de que ella sabia de que se trataba todo esto. Después de mil disculpas de aquellos hombres por habernos hecho esperar tanto, empezaron a hablar. Uno de ellos se sentó en un silla de tras de nosotros mientras el otro nos aclaraba la situación.
-Disculpe las molestias, pero debíamos saber si la otra persona involucrada estaría disponible.
-La otra persona involucrada -dije con asombro-
-Si, deje que le expliquemos -dijo el otro sujeto-
-Como ultima voluntad de su abuelo, fue que su testamento fuera leído en presencia de usted y de su hermana.
-¿Mi hermana? -salte de la silla-
No es que me molestara ver a mi hermana o que mi abuelo le dejara parte de su herencia a ella, si no que habían pasado ya casi 11 años desde que nos nos veíamos y verla en esta situación lo hacia mas incomodo aun. Ella y yo nunca habíamos sido iguales, pero aun con ciertas diferencias en aquellos días en los que todos vivíamos juntos, se veía el parecido, éramos muy unidas, pero con la separación y con la toma de partido cada una con por su parte, ella con mi padre y yo con mi madre, nos habíamos distanciado. El día que ella se fue prometimos siempre hablarnos, nunca dejar de ser hermanas, pero entre debates fuera de lugar, sobre quien tuvo la culpa y nuestras respectivas actividades no paso ni un año para que perdiéramos comunicación total. Que haría al verla, que le diría, ella aun se acordara que tiene una hermana, que sucederé el día que tuviéramos que compartir una sala juntas nuevamente.
-¿Y ella vendrá? -dije regresando a mi asiento-
-Si, de hecho ya viene en camino, estará aquí para el velorio-
-Después de la ceremonia se tiene agendada una reunión, en ella se leerá el testamento y las condiciones del mismo.
-¿Condiciones? ¿Mas condiciones? Por mi que se queden con todo, a mi no me importa -murmure-
-¿Que dices? -dijo mi mama-
-Nada. ¿Ya me puedo retirar?
-Si, es todo, en el velorio sabrá el día y la fecha de la reunión.
-Gracias, con permiso -me despedi de mi mama.-
No quería saber nada mas, tantas noticias me había noqueado que solo quería salir de ahí. Tome un taxi fuera del edificio y pedí que me llevara a Rainbow Lagoon Park, era un lugar bonito y lleno de paz, no tan lejos de mi casa ni de la del abuelo, así que estaría a tiempo en el velorio. Los primeros meses después de la separación mi abuelo acostumbraba a traer aquí, creo que esa era la otra cosa que nos unía, que siempre buscábamos la tranquilidad, cosa opuesta con Katherine, ella tenia la fiesta adentro, ella solía hacer la cosas por instinto mientras que yo, bueno yo calculo mucho las cosas. Necesitaba hablar con alguien, saque el teléfono y empece a buscar en los contactos, de repente lo vi, ahí estaba el chico finlandés del viaje, no podía creer que aun tuviera anotado su numero teléfono. Tenia muchas ganas de hablarle, pero ¿Que le diría? -Hola! Te acuerdas de mi, oh espero si, te hablo para decirte que acaba de morir mi abuelo y que estoy a horas de ver a mi hermana, la cual por cierto no he visto en 11 años – claro, de seguro después del “acaba de morir mi abuelo” me colgaría, ya hasta me ha de haber olvidado, es músico y eso es lo que hacen ellos, se divierten un rato y después la que sigue. Pensaba en eso, cuando sonó mi celular, era mi madre, tenia que ir a arreglarme. Mire el reloj, habían pasado casi 5 horas, en el parque. Me levante de la banca y empece a caminar para tomar un taxi.
-Al 3614 de Almeria en Coastal San Pedro.
Al llegar a casa mi madre ya estaba lista. Solo era cuestión de arreglarme, no sabia que ponerme, por lo general no acostumbraba a ir a velorios y menos el de mi abuelo. Subí a mi cuarto y me puse lo primero negro que encontré, era un vestido que había usado para una de las cenas con el abuelo. Las cenas de todos los viernes, amaba ir a su casa, era un lugar mágico, lleno de cosas que en tu vida imaginarias ver, ademas, la casa tenia vista al mar así que era de en sueño estar ahí, pero bueno esta vez seria un poco triste mas que nada. Cuando estuve lista, me adelante a mi madre, prefería irme sola, encendí el coche y salí de la casa. La verdad es que ni siquiera era necesario llevar carro, la casa del abuelo estaba a escasas cuadras de la nuestra, pero que tal si necesitaba salir corriendo después e ver a mi hermana, que tal si todo ese show que se había armado terminaba tarde, aun cuando la casa estuviera cerca, no me gustaba caminar ahí de noche. No, se que tal si al llegar no deseaba entrar y prefería huir con la música a todo volumen. Mientras pensaba todo esto y sin darme cuanta ya estaba dentro del garaje con el carro apagado. Baje del carro y entre por la puerta de atrás. Al abrir la puerta pude ver a mi mejor amiga, Jaqueline, no se como se había enterado, pero ahí estaba, como siempre, en las buenas y en las malas. Después de hablar con ella tuve que buscar a mi madre, tenia que acompañarla.
-¿Como estas?-le dije-
-No lo se, aun no puedo aceptarlo.
Continúe platicando con mi mama hasta que el bullicio de la entrada llamo nuestra atención. Fue ahí cuando la vi, con ese lindo vestido negro que no quedaba para la ocasión, esto no era una fiesta, era un velorio, alguien le tuvo que haber dicho, sus lentes y ese cabello negro que nos caracterizaba. Se abrió paso entre la gente y llego con nosotros, mi madre se incorporo y la abrazo, yo no sabia que hacer, pero toda la gente nos miraba, así que me pare y me uní al abrazo. Era extraño, nunca creí volver a verla.
-¿Como estas, mama? -dijo ella-
-Que pregunta es esa!! Obviamente estamos mal -dije un poco molesta-
-Lo siento, por lo que veo tu mal carácter no a cambiado.
-Chicas! No es el lugar....
-Lo siento mama
No se por que me comportaba así, tal vez era una forma de autodefensa, sabia que después de la reunión con el abogado, ella se iría y volveríamos a tomar nuestro camino cada una por su lado, no era necesario limar perezas y ni acostumbrarse a la otra. Eramos dos personas diferentes a las que fuimos hace once años cuando prometimos siempre hablarnos y nunca olvidarnos.
-Señoritas! -dijo el hombre de traje mientras se acercaba a nosotras.
-Si! -dijimos al mismo tiempo-
-La reunión es mañana a las 10 de la mañana, en el 129 de la avenida Averill.
-De acuerdo -conteste-
-Si esta bien -dijo ella volteando a ver a mama- puedo quedarme en tu casa?
-Claro! Aun esta tu cuarto tal como lo dejaste.
-Gracias mama. -la abrazo-
-Imposible -murmure, mientras me alejaba de la hermosa imagen de madre e hija- las veo en la casa.

1 comentarios:

Mafie* dijo...

dun dun dun duuuuuuun. Que tal las hermanas teniendo su primer enfrentamiento!!!. hahaha
Ahora que estaba leyendo lo del abuelo awww me lo imaginé.Sniff. Pero bueno, a ver qué pasa! será emocionante!
muy bien aleeeeeeeeeeeee! :D

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