12. Wicked Game.



Haciendo un recuento de mi vida en esos meses, las cosas habían resultado como jamás lo esperé, ni siquiera me imaginé que terminaría viviendo un tiempo en casa de Jake, que lo único que hacía era consentirme. Lo adoraba, pero no lo amaba. Ville tenía mi corazón y no estaba segura de poderlo recuperar pronto.

Sin embargo, una de esas noches, las cosas se pusieron realmente difíciles. Jake y yo habíamos pasado toda una tarde en la playa juntos y todas esas cosas que me atormentaban, por un momento dejaron de inundar mi mente y me sentí libre. Me divertía mientras Jake me ayudaba a aprender a surfear, y cuando por fin pude permanecer en pie durante una ola, se puso a gritar frenéticamente que por fin lo había logrado. En cuanto bajé de la tabla, me envolvió en sus brazos, y me dió un abrazo fuerte, sin embargo, perdió el equilibrio e hizo que nos cayeramos, él encima de mi.

El tiempo pasó lentamente. Me miró a los ojos, y acarició mi mejilla un momento. Aparté mis ojos de los suyos y comencé a sentirme algo incómoda.

-Nunca vas a darme una oportunidad, verdad?-me dijo, sonando algo dolido. Lo hice a un lado, y me paré. No iba a contestarle, lo sabía. Corrí de regreso a su casa, y sin importarme nada volví a empacar mis cosas. Esperaba verlo regresar pero no lo hizo. Decidí huír. Metí mis cosas a mi auto y pensé en regresar a casa de mamá, pero primero quise hacer una parada en casa de mi abuelo.

Había pensado en solo hacer una visita e irme más tarde, pero ese lugar estaba lleno de magia y recuerdos que necesitaba volver a sentir para poder volver a sentirme tranquila, y pasé la noche ahí.

Al siguiente día pasaron cosas que cambiarían realmente la forma en la que veía mi situación con Jane. De hecho, Jane y yo volvimos a ser un poco las de antes. Jake y yo nos contentamos y pasaron los meses y nuestra relación iba mejorando, al igual que nuestras vidas en general.

Meses después llegó la víspera de nuestro cumpleaños. Un evento que honestamente no nos emocionaba mucho ni a mi, ni a Jane pues ambas nos sentíamos viejas. Y aunque había pasado un tiempo realmente considerable yo no podía quitarme de la cabeza dónde podría estar Ville. Había desaparecido, era lo único que sabíamos, y todas las noches rogaba porque estuviera bien, porque regresara. Tal vez las cosas habían mejorado de forma irónica desde que él se había ido pero en ese momento no me importaba. Quería verlo.

Cuando nuestro cumpleaños por fin llegó, los regalos llegaban a la casa por montones, entre ellos un par de vestidos diseñados por la amiga de Jane que traían una nota.

"Feliz cumpleaños chicas! creo que estos vestidos les serán de utilidad para esta noche!"

Los vestidos eran hermosos, de eso no había duda. Lo que nos preguntabamos era qué iba suceder esa noche pues no teníamos ni idea.

Al final supimos la sorpresa y ambas estabamos muy contentas con todo. La gente nos felicitaba a Jane y a mi, y nuestros amigos más cercanos habían venido a vernos. Todo iba perfecto, sin embargo cuando veía a las personas bailar, no podía evitar imaginarme que yo podría estar ahí bailando si Ville estuviera ahí. Me hallaba sentada en la mesa y no podía despegar mis ojos de las parejas que bailaban alegremente, hasta que Jake se acercó a mi, y me tomó de la mano. Me llevó a bailar y no pude rechazarlo.

-Gracias por estar siempre ahí, Jake...-dije a su oído mientras bailabamos.
-Es lo menos que puedo hacer, entiendo que no sientes lo mismo por mi, pero yo no puedo evitar sentirlo. Todos los días encuentro otra razón para seguir enamorado de tí...-me dijo, justo cuando la canción terminó. Me dió un beso en la mejilla y se fué de ahí.

Lo vi irse, y una amiga se acercó a mi para platicar, sin embargo después de un rato noté a lo lejos que Jake y Damien se veían molestos por algo. No veía a Jane por ningún lado, y sentí que algo estaba mal. Mi primer instinto fue correr a buscar a Jane pero al no verla dentro del salón salí a los jardínes, sin esperar verlo a él.

Me quedé helada. No supe ni qué decir, ni cómo reaccionar. Todo pasaba en cámara lenta, se acercaba a mi.

-Tal vez este no es el mejor momento, pero necesito hablar contigo y con Jane...-dijo. Me puse a temblar.

-No tienes absolutamente nada que hacer aquí, así que creo que deberías retirarte antes de que pida que te saque...-dijo Damian, atrás de mi. Jake estaba furioso y de no ser por Damian que lo sostenía de brazo, se le habría lanzado.
-No, no. Déjenlo. Creo que Jane y yo realmente necesitamos hablar con él...-dije, sin realmente creer lo que yo misma estaba diciendo, sin embargo sabía que esto tenía que tener un final ya. Era demasiada ansiedad, demasiada agonía el solo pensar en él y si en realidad me correspondía o no.

Jane apareció segundos más tarde. Se acercaba hacia nosotros a paso lento, como si quisiera aplazar lo que estaba por venir.

-Bueno, ya que están ambas aquí, quiero que sepan que siento mucho todo lo que les he causado. Tal vez piensan que para mi ha sido como un simple juego y la verdad es que todo esto ha resultado en la decisión más importante que he tenido que tomar en mi vida.

Ambas nos miramos. ¿Se había decidido ya?

-No sé si después de haberme desaparecido sus sentimientos hayan cambiado hacia mí, pero no quiero que lo tomen a mal. Necesitaba ese tiempo para reflexionar, para poder tomar el camino correcto...-dijo Ville.

-Termina con esto! si no soy yo, dilo de una vez. Estoy harta de tener mi corazón pendiendo de un hilo pensando que en cualquier momento se va a romper...-dijo Jane expresando su frustración.

Yo no dije nada. Muy dentro de mi sabía por quién se inclinaba la balanza, y me dolía. Dolía temer que sabía la respuesta perfectamente.



-Eres tú, Jane. Ya no tienes de qué preocuparte...-dijo Ville, acercandose a ella, que por poco se desmaya ahí mismo. Estaba dispuesta a irme de ahí, y aceptar mi derrota, pero él me detuvo.

Me envolvió en un abrazo y me dió un beso en la mejilla.
-No quiero herirte Kat. Pero siento que ya te estaba hiriendo demasiado dejandote sin saber la verdad. Tenía que hacerlo...-dijo, mientras limpiaba mis lágrimas con sus manos.


Si. Muy adentro lo sabía.

Lo sabía. Sin embargo, ¿por qué actuaba como si no?. Era difícil. Siempre había sido mitad creer que tenía una oportunidad y mitad saber la verdad. Tan solo con recordar las canciones, con oír la letra. Era extraño pero al mismo tiempo en que sentía esa punzada en el corazón, también me sentí mucho más liberada.

-Está bien...no diré que no me duele, pero creo que siempre, aunque no quise admitirlo, sabía que la escogerías a ella...-le dije. Jane se acercó a él, y sin que lo esperara, lo besó.

Jake apareció detrás de mi, y tomó una de mis manos. Le sonreí débilmente, y me dió un beso en la frente.

Jane volvió a mirarme, y cuando la vi tan contenta, con esa chispa en sus ojos sabía que no podía estar enojada. Se acercó a mi, y me dió un abrazo fuerte, comenzó a llorar.

-Oh, no. No llores. Estaré bien. Lo prometo...-dije, riéndo un poco...-Y más vale que no te sientas culpable ni nada por el estilo. Tal vez este no es mi turno para ser feliz. Es el tuyo, y más vale que lo aproveches...-le dije, y me ofreció una sonrisa sincera.

Ese lazo invisible que siempre nos unió brilló más que nunca justo ahí. Y la felicidad de Jane se hizo tan evidente que no tuve otra opción mas que sentirme inundada por el. Automáticamente se convirtió en un -ella es feliz/yo también.

0 comentarios:

Publicar un comentario