1. Sweet Requiem

Las cosas en California no eran tan emocionantes como lo había sido en Helsinki. Aun cuando casi no había salido del hotel por la nevada que ataco la ciudad aquel chico de piel blanca y voz profunda había hecho de mis días y noches algo especial y maravilloso. Hacia dos semanas que había regresado y aun que Los Angeles siempre había sido mi ciudad favorita, algo dentro de mi necesitaba la presencia de aquel chico, sus platicas, sus besos, sus ojos....su todo, comenzaban a hacerle falta a mi organismo.

-Hey! Jane....puedes concentrarte?

-Lo siento.

-A ver, estas fotos irán aquí, y tu reseña aquí. ¿Te parece?

-Si, tiene ritmo, buena composición, si....me agrada.

Mi viaje a Helsinki no había sido por placer. En la revista que trabajo, la chica que se encarga de las reseñas de los conciertos había tenido un accidente y la única con cierta experiencia para le trabajo era yo. Y bueno, después de mas de un mes de planeación, la revista había aceptado correr el riesgo y mandarme a cubrir el Kaisaniemi Park en Finlandia. Al enterarme la noticia me hizo sentir extremadamente feliz. Pero lo que vendría después lo era un mucho mas.

-Buenas noches Sophie!!

-Adiós Jane!! Descansa....y felicidades.

-Gracias

Al llegar a Helsinki la ciudad estaba completamente cubierta por una capa blanca que presumía ser nieve. Era extraño, aun cuando mi vida había estado rodeado de playa y sol, estar ahí, con un frío que te calaba los huesos, me resultaba excitante. Saliendo del aeropuerto, el equipo de la revista y yo tomamos un taxi el cual nos llevo a un lujoso hotel. Fue extraño, debo confesarlo, nunca creí que la revista gastara tanto dinero. Era ya de noche cuando llegamos, aunque con aquel clima no sabias cuando acababa la noche y empezaba el día. Al terminar de registrarnos, todo el equipo subimos a nuestras respectivas habitaciones, necesitábamos descansar, al día siguiente teníamos que cubrir el primer día del festival.

-Hola!! -dije por teléfono mientras esperaba a que la luz verde se pusiera en el semáforo. ¿Como estas?

Al día siguiente en el festival las cosas estuvieron perfectas. Era lo que siempre había soñado, muchas bandas, mucha gente, muchas fotos, mucho que anotar, no como los conciertos de los pubs a los que acostumbro ir. Después de algunas horas de escribir y escribir llego mi hora de descanso, tuve la oportunidad de dar una vuelta por el lugar sin tener que preocuparme de perder detalle. Y fue justo ahí cuando lo conocí. El chico de los ojos que al verte te hipnotizan y sin decir una palabra te hacer perder la razón. Aunque debo decir que nuestro primer encuentro fue de lo mas patético, los siguientes fueron de lo mejor. La primera vez que lo conocí, aprovechaba mi gafete de prensa para pasearme por la zona de músicos, al sentirme con un poco de libertar decidí irrumpir en una carpa, pensé que seria fácil, me colaría, pasaría desapercibida, y saldría, así parecería ser en todas las carpas, gente saliendo y entrando sin verse mutuamente, pero al parecer entre a la carpa equivocada. Al abrir la carpa, ahí estaba, un chico envuelto de la mitad del cuerpo por una toalla, con un torso perfecto e interesantes tatuajes en el. Al verlo no pude hacer nada, era como si todo él, me atrajeran a la tierra impidiendo moverme.

-¿Quien eres tu? -dijo de repente.

-Yo, yo....

-Mmmm tu nombre es Yo?

-No! -dije reaccionando- mi nombre es Jane, pero creo que debo irme.

-Creo que si. Prensa tiene por su propia carpa.

-Si, lo se.....creo que me he confundido. -dije mientras salía-

Ese momento fue realmente embarazoso, no podía quitarle la mirada de encima, era tan perfecto, después de salir corriendo volví al trabajo. Aun quedaban algunas horas de festival y tenia que cubrirlas. Al terminar el concierto, decidí ir al hotel, necesitaba un poco de descanso. Y bueno la verdad es que nunca había sido fiestera, así era mi hermana, pero bueno, ella es otra historia. Aquella noche todo el equipo iría por unos tragos, así que tuve que ir a buscar un taxi, no era difícil muchos estaban ahí, esperando por recoger gente. Al salir de la zona principal del parque, sentí que alguien me seguía, pasos fuertes, sin buscar disimular se acercaban rápidamente.

-Jane!! -alguien grito- Jane -voltee-

-Que......-era el, el chico de la carpa, me estaba buscando-

-¿Quieres ir a tomar un trago?

-¿Como?

-Si! La banda y yo iremos por unos tragos, para celebrar, quisiera saber si quieres venir.

Aquello fue de lo mas extraño, pero aun así y que detestara ir a los bares, resultaba que su mirada y su voz, me habían hecho decir automáticamente que si. Al empezar a caminar el me tomo por la cintura y llegamos con sus amigos, el me presento a ellos y partimos en una camioneta blanca. Al llegar al bar, el pidió dos vodkas, una para el y el otro para mi. Yo no acostumbraba a beber, pero no me importo. Platicamos toda la noche, me contó sobre el, y sobre la banda, sobre vivir en Finlandia y de donde se inspira para escribir, aquella noche no pude quedar mas cautivada.

-Si yo te mando el trabajo no te preocupes. -dijo al teléfono, mientras apagaba el coche-

Durante toda la semana, cada momento libre lo pase con el. Algunas veces salimos, otras nos quedamos simplemente en el hotel. Era increíble estar con, el aprendía tanto, el me enseñaba canciones nuevas y yo algunas de mis reseñas, me llevaba a museos y yo organizaba las cenas, aun cuando el fuera mayor, resultaba fascinante, creo que era el tipo de chico que siempre soñé.

-Así que te vas mañana.

-Si, me voy mañana, pero me la pase increíble.

-Yo también -decía mientras se acercaba-

-Promete que alguna vez iras a visitarme -apenas pude decir al sentir su respiración tan cerca-

-Lo prometo....-dijo para después besarnos-

Y así fue como termino aquellas increíbles vacaciones, con lo que podría describir como el hombre con el que siempre soñé compartir algo, pero con el que al parecer solo compartiría ese recuerdo y un exquisito beso.

-Si, yo te lo mando, debo irme.....tengo visitas. -Colgué el teléfono-

-Señorita Harlow? Jane Harlow.

-Si! -dije abriendo la puerta del departamento-

-Necesitamos hablar con usted -dijo el hombre de traje-

-¿Que sucede?

-Tiene que acompañarnos.