Horas más tarde, el dolor de cabeza me estaba matando, y yo no podía ni digerir mis apuntes de administración en industrias de moda. Qué materia más aburrida!...me había tomado un par de Tylenols esperando que el dolor aminorara, pero era inutil. Tomé una ducha, me vestí, y salí de la casa todavía con el cabello mojado. Me puse unos lentes oscuros para que no se notara mucho mi penoso estado, y tomé un taxi hasta la universidad. Odiaba no tener auto...de seguro el mio debía de estar camino al mecánico.
Mi celular sonó, y contesté sin ver quién llamaba.
-Hola cariño...volviste a chocar tu auto?-...era mi padre, riéndose del otro lado de la linea.
-Qué rapido corren las noticias, no?...no va ni medio día y tú ya te enteraste...-le dije, apenada. Con este, ya era el tercer coche que arruinaba. Era un peligro al volante...
-Ah, no te preocupes, esta vez pediré que lo arreglen más rápido para que lo tengas antes de salir de las clases...-dijo, y sonreí. En este tipo de casos, era muy bueno tener a un padre consentidor...
-Gracias! en serio te lo agradezco...-le dije, contenta.
-Muy bien...espero que tengas un buen día, y te veré en unas semanas...recuerda que tengo que salir de la ciudad para arreglar algunos asuntos...-dijo, y asentí, pensando en cuanto me gustaba que mi padre saliera de la ciudad. Me gustaba hacer fiestas secretas en su casa...
Me despedí segundos después, y llegué a la universidad aún con el dolor de cabeza latente. No imaginaba cómo iba a poder resolver ese maldito examen. Mientras caminaba por los pasillos, pensaba en Jane. Mi hermana...recordaba como a ella nunca le costó ninguna materia en la escuela. Y no es que la escuela no me agradara, era que, simplemente nada se me pegaba en la mente, más que los dibujos que hacía en mis cuadernos para pasar el rato...yo vivía como en otro mundo, mientras ella mantenía los pies en la tierra.
Entré tarde al salón, junto con Karen que se había quedado en el pasillo esperando a que llegara. Me había traído algo de café, y le di un pequeño sorbo. Entramos, y casi de inmediato, nos entregaron los examenes. 5 hojas. GENIAL. puse mi nombre, esforzandome en ponerlo en letras bonitas. Me quedé en blanco al ver las preguntas del examen. Me sentía como una idiota. Y justo cuando me disponía a "resolver" la primera, entraron 2 hombres vestidos impecablemente de traje negro, y le dijeron algo a la maestra. Mientras tanto, aproveché para copiarle a Karen, que imaginé, si había estudiado.
-Katherine Harlow?...-cerré los ojos al oír la voz apremiante de la maestra...de seguro se había dado cuenta de que literalmente estaba encima del examen de Karen. Abrí los ojos de nuevo, y me pidió que me acercara. Me mordí los labios, apreté los puños.
Estaba arruinada...
O, al menos eso pensaba. Me hizo salir junto con esos hombres, y sentí miedo. ¿Qué diablos tenían que ver conmigo?.
-Srita. Harlow, tendrá que acompañarnos, hay algo muy importante que debemos comunicarle. Dijo uno de ellos, y los miré incrédula.
Sin siquiera preguntar otra cosa, los acompañé afuera, donde había un BMW negro esperándonos. Nos metimos, y el chofer manejó hasta mi casa.
Cuando paramos, el hombre por fin volvió a hablar...
-El motivo por el cual estamos aquí, es porque su abuelo, Alfred acaba de morir, y necesitamos que venga a Los Ángeles con nosotros, para poder hacer la lectura del testamento. Él requería que usted y su hermana estuvieran presentes...-Me quedé en shock. Aunque paré de ver al abuelo Alfred a los 10, cuando me fui a vivir con mi padre, siempre tuve buenos recuerdos de él. Siempre me daba dinero en mi cumpleaños, y me compraba helados enormes, y muñecas que nos traía a Jane y a mi de Francia. De hecho aun tenía algunas, y el saber que había muerto, me hizo sentir mal.
Los hombres me pidieron que empacara mis cosas, y que nuestro vuelo saldría a las 11:30, así que tendría que apurarme. Rápidamente, metí todo lo que se me ocurrió en 4 maletas, y más pronto de lo que pensaba estabamos en el aeropuerto,abordando el avión. Los hombres se sentaron tras de mi, y dejaron toda la fila donde yo me sentaba, para mi sola.
Me quedé pensando en lo que significaba volver a L.A después de casi 11 años de no pararme por ahí para absolutamente nada. Y sobre todo, el hecho de ver a mi madre y a mi hermana después de tanto tiempo. No sabía cómo reaccionaría al verlas...ni como reaccionarían ellas. Y sobre todo...Jane...seríamos ya tan diferentes una de la otra?...siempre tuvimos cosas que nos distinguían una de la otra, pero...las diferencias se harían más evidentes ahora?...le caería bien?...pensando todo eso, comencé a morderme las uñas. Cerré los ojos.
Sería un viaje muy largo.
Cuando el avión por fin aterrizó, me había cambiado de ropa a algo más ligero. El clima aquí era mucho más caluroso, y en cierta forma lo odiaba, pues siempre preferí el frio.
Los hombres recogieron mis maletas, y tomamos otro auto que nos llevó a la casa del abuelo, que estaba un poco alejada de la ciudad, a la orilla del mar. Al llegar, bajé con ganas inmediatas de regresarme a NY. Estaba demasiado nerviosa para solo ser mi familia. Además, de que me sentía algo apenada de haber elegido el vestido negro que traía puesto...algo corto para la ocasión.
Me acerqué lentamente hacia la entrada, donde ya había gente, que volteó a verme inmediatamente. Murmuraban cosas, se tapaban la boca, y me abrían paso.
Y entónces, vi a mi madre y a Jane, consolandola. Las dos voltearon a verme al mismo tiempo, y mi madre se paró para abrazarme, y pronto se unió Jane.
2 comentarios:
Ahhhhh Mafie!! estuvo genial......
Jajajaj no sabes como extrañaba todo esto. Es genial leer estas historias jajaja espero nunca dejemos de hacerlo!!
Pero bueno.....me encanto, la forma en la que escribes es genial!!
ya diganme quien es el misterioso hombre de las hermanas Harlow D8 !!!
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