El encuentro con mi familia no había sido exactamente como esperaba.
En el velorio, le pedí a mi madre que me dejara quedarme en su casa, y honestamente me sorprendió que aceptara. Pensé que adoptaría la postura de mi hermana, y que fuese hostil conmigo...pero gracias a Dios no lo hizo...vaya, que si lo hubiese hecho, me habría ido de ahí en un abrir y cerrar de ojos. Por triste que sonara, de alguna forma, yo ya no pertenecía a ese núcleo familiar. Todos ahí adoraban a Jane, y me miraban a mi como un bicho raro...y realmente no era el mejor de los sentimientos.
Después de un rato pedí un taxi, y me llevó a casa de mi madre, no soportaba un minuto más ahí, soportando las miradas de las personas. Así que me fui de ahí sin que nadie supiera y en cuanto llegué a la casa, saqué el juego de llaves, amarradas con un listón azul que todavía conservaba después de todo este tiempo. Abrí con cuidado la puerta, y el olor a flores inundó mi nariz. Recordé lo mucho que mi madre adoraba las flores...memorias de mi niñez pasaron por mi mente, y sonreí.
Prendí la luz, y me di cuenta de que la casa había cambiado. Por fuera parecía ser la misma casa de hace 11 años. Pero por dentro, estaba totalmente cambiada. La decoración no era la misma, los muebles habían cambiado...lo único que seguía ahí, eran los retratos de la familia, acomodados perfectamente en una pared de la casa...solo que había muchos más. Me acerqué dejando mis maletas en el recibidor, y me di cuenta de que la mayoría eran de Jane en diferentes lugares. Jane en su graduación de la preparatoria, Jane en París, Jane y Mamá en Londres...Sentí un nudo en la garganta.
No era que mi vida con mi padre hubiese sido mala...de hecho había sido demasiado buena, pero siempre me hizo falta el calor de mi madre. Sus consejos...su sabiduría. Quise llorar por un momento, pero decidí que ya había sido suficiente de llorar por ahora.
Fui por mis maletas y las subí una a una a la puerta de mi habitación y en cuanto la abrí me quedé en shock. En verdad todo estaba exactamente como la había dejado. Mis muñecas, mis juguetes, mi enorme poster de la torre Eiffel. Mis libros de la escuela regados en el suelo. Y mi cama, con el mismo edredón de florecitas. Parecía que mamá había cuidado que mi habitación no se llenara de polvo, porque todo estaba muy limpio.
Me senté en mi cama, y me quité las zapatillas que traía puestas. Prendí la lámpara de mi mesita de noche, y se iluminó una foto de Jane y yo. Teníamos como 7 años. Ella traía un vestido amarillo y yo uno azul. Estábamos abrazadas, sonreíamos. Nada que ver con quien éramos ahora. Más separadas que nunca.
Me quité la ropa que traía, me puse la pijama, y me metí en la cama. Mañana sería un día muy largo.
Desperté a las 9:30. Tardísimo. Afuera se oían las risas de mi madre y Jane, y música. Me paré lo más rápido que pude y corrí al baño a darme una ducha rápida. En cuanto salí, me vestí lo más rápido que pude, y me arreglé el pelo, me maquillé y bajé de mi habitación, Mi madre y Jane bailaban alrededor de la cocina, mientras terminaban de cocinar el desayuno...no notaron que yo estaba abajo, y cuando voltearon, se quedaron quietas y me miraron como no sabiendo qué decir.
-Uh...Hola...Buenos días...-dije, tímidamente. Por dentro, quería salir corriendo. Me sentía como una total intrusa.
-Buenos días Katie!-me dijo mi madre,con una sonrisa.Jane solo alzó la mano y me dijo hola. Le sonreí a medias, y alguien tocó a la puerta.
Jane abrió y un hombre en un uniforme apareció.
-Usted es Katherine Harlow? Su padre le envió un auto para que lo utilice en su estancia...-dijo el hombre, y Jane volteó a verme.
-Te hablan...-dijo ella, sin mucha emoción en su voz, y volvió con mi madre a la cocina. Me acerqué a la puerta, y el hombre me dio las llaves del auto, y me hizo firmar de que lo había recibido. Miré afuera, y era un hermoso auto convertible, que esperaba no arruinar como los demás.
Volví adentro, y Jane ponía la mesa.
-¿Qué te gustaría para desayunar, hija?-me preguntó mi madre, y negué con la cabeza.
-Gracias, pero no desayuno...no me gusta...-dije, sonriendo, apenada - Lo mejor será que ehmm...me vaya...yo...las veo al rato...-dije, y salí de ahí literalmente corriendo. Probablemente me había visto grosera, pero en realidad no era mi intención. No sabía cómo diablos reaccionar ante esas situaciones, que durante 11 años habían sido tan ajenas a mi.
Tomé el auto, y aceleré. No tenía ni idea de a dónde diablos me dirigía...lo único que quería era volver a mi casa, quería estar con mi padre...
Busqué vía GPS la dirección, y me di cuenta de que no estaba muy lejos de donde estaba. Seguí el camino, y llegué al poco rato. Me percaté de que había un café cerca, y estacioné el auto. Entré al lugar, y pedí un café muy cargado. Me senté un rato en lo que daban las 10, y leí algunas revistas. Cuando dio la hora, caminé hacia las oficinas de los abogados que leerían el testamento de mi abuelo. Entré al lugar y al tomar el elevador, me di cuenta de que mi madre y Jane venían casi detrás de mi, así que detuve un poco más el elevador, y entraron. No nos dijimos nada.
Nos hicieron pasar al despacho donde sería la lectura, y nos sentaron a mi, y a Jane juntas...le sonreí de forma incómoda, y el abogado entró.
-Muy bien, ya que están todos los familiares involucrados, procederé con la lectura del testamento...-Empezó, y honestamente no le puse mucha atención a todo lo que decía, hasta que llegó la parte que nos involucraba a Jane y a mi. Básicamente, lo que el abuelo pedía, era que para poder acceder a todos sus bienes, Jane y yo teníamos que convivir juntas en California por lo menos 1 año, nos pedía también que, si deseábamos viajar, lo hiciésemos juntas, literalmente, quería que pasáramos el mayor tiempo posible juntas, y que de no cumplir su última voluntad, sus bienes quedarían en manos del estado.
Por un momento pensé que el dinero que había dejado para las dos, no me importaba, pero luego pensé en todos sus cuadros, sus libros, su casa sus tesoros...todo quedaría en manos del estado, y eso si era algo que no quería.
Nos miramos por segundos, y aunque estuve indecisa por un momento, firmé el acuerdo junto con Jane.
Y aún después de eso, tenía ese impulso tan fuerte de salir corriendo, de regresar a lo que yo llamaba mi lugar seguro...quería mi vida de vuelta, pero...eso ya estaba descartado. Otra vida esperaba por mi.
1 comentarios:
Jajajajaja que malvada soy!!
Buenisimo Mafie......jajaja me encanta como nos complementamos realmente bien, no se!!
Te quedo grandioso este capitulo, como siempre!!
:D
Un gusto escribir contigo!!
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