Once I wanted to be the greatest...
Supongo que si tuviera un diagrama de transformaciones en mi vida sería un mapa caótico de todas las veces en que me hice pedacitos y volví a reconstruírme. Me siento como un cuadro de Picasso...pedacitos de diferentes colores y tamaños, que no necesariamente encajan a la perfección me conforman y ahora si puedo decir con toda seguridad que la chica de hace un año ya no vive aquí. Me dejó una caja de cartas, tres diarios y un montón de recortes de cosas que siempre quiso tener pero que siempre se quedaron en un tal vez.
-Los seres humanos estamos en constante crísis- me dijo alguien muy sabio hace unos días, y yo no podía comprender la magnitud de la frase, aunque si podría afirmar que es verdad. En mi vida me había sucedido algo así...que las ideas se me escaparan de las manos como mantequilla y no volvieran. Vamos, siempre lo han hecho pero jamás para no volver. Miro mis propios ojos a través del espejo y pienso...-no hay vuelta atrás- Nos llenamos de tantas cosas en el viaje, que tiramos por descuido otras tantas, y vamos dejando otras olvidadas sin quererlo.
Y es que hay tantas cosas que yo no quería perder...pero que al fin y al cabo se fueron...y tengo miedo de que no vuelvan.
Es como cuando alguien se va de tu vida o muere y vas olvidando sus detalles, su voz y lo importantes que fueron para tí...y creo que por ese miedo a olvidar documento todo lo que puedo, me apropio de pedacitos que significan algo para mi, para no olvidar los detalles, lo imprescindible...lo importante.
Aunque hay un hueco. No hay coherencia entre mi corazón y mi cerebro, hay un hueco desde el principio de este año hasta acá en el que no he documentado nada, he dejado de escribir por mero gusto...y aunque he hecho algunas cosas, no se comparan con otros años en los que escribía hasta en servilletas. Y no...no quiero preguntarme qué fue lo que sucedió porque lo sé y yo sola me lo oculto...no te pasa que hay etapas de tu vida que quisieras omitir?.
No soy ni la mitad de la chica que conociste. Y no se si tomar eso para bien o para mal. Cambiamos, nos transformamos...y al final del día pase lo que pase sabes que tu escencia sigue ahí.
Aunque esta vez es diferente. Existe un peligro. El miedo permanece. Soy yo?...soy yo?. Tengo que acostumbrarme a dejar de ver a la chica, sino a la mujer...y eso implica muchas cosas. -Ya no tengo diecisiete- Estoy en el principio de mis 21 años y nada es lo que parece. Solo queda el seguir...y sentirme a gusto con lo que veo, con lo que siento...adaptando todo a quien ahora soy y diciéndole adios a lo que no.
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1 comentarios:
Wow...tan cierto como crudo.
Hemos tenidos tantos cambios en tan poco tiempo que aun no desciframos como arreglarlos.
Me gusto mucho Mafie!!
Y me dejo pensando en mil cosas...
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