Llegué a Luxemburgo y lo primero que hice fue volver a prender mi celular. Tenía 10 mensajes, todos de Peter diciendome cosas varias, como que le llamara en cuanto llegara, porque realmente le urgía contactarme. Jamás le dije que me iba a París, porque seguro hubiera dejado todo para acompañarme. Tuve que mentir, e inventarle que iba a Los Ángeles a verme con el editor de una Revista por allá.
Me preguntaba qué podía ser tan importante, para que él me mandara tantos mensajes, para que necesitara que me comunicara de inmediato...así que llegando a mi apartamento, le llamé para preguntarle qué quería.
-Audrey! qué bien que ya hayas llegado, ¿Qué tal el viaje a Los Ángeles, todo bien, cariño?...-me preguntó, entusiasmado.
-Todo bien, Pete. Algo cansado, pero ya estoy por fin aquí...-le dije, intentando sonar agobiada por el viaje.
-Qué bueno!...me hubiera gustado poderte llamar cuando estabas allá, pero parecía que mis llamadas no entraban por alguna extraña razón...-dijo, y yo intenté cambiarle el tema de conversacion.
-Quién sabe qué pasaría!...en fin...para qué necesitabas que me comunicara? Ha pasado algo en Amsterdam?-le pregunté, y se echó a reír.
-No, no cariño...no ha pasado nada, solo que me gustaría que este viernes tomaras un avión a Amsterdam. Necesito verte...De hecho quiero que salgamos a cenar, Sam, Adam, tú y yo, ya sabes, por tu cumpleaños...-dijo Peter, y justo ahí, me cayó el veinte de que el viernes era mi cumpleaños. Recordé cómo antes esperaba el día con ansias, y contaba los días, y ahoras apenas lo recordaba. No era una fecha muy importante para mi, ahora.
Me quedé callada un momento, pero Peter continuó.
-Tengo muchas sorpresas para tí!...estoy muy emocionado de que nos veamos...-dijo, y seguí callada un poco de tiempo más.
-Te pasa algo?-me preguntó. Reaccioné.
-No, no...es solo que se me hace increíble que ya sea mi cumpleaños en poco tiempo. Y claro que estaré en Amsterdam el viernes...me muero por verte!-mentí. Después de un rato de hablar nimiedades con él, colgué sintiendome extraña. Comenzaba a suponer que una de sus "grandes sorpresas" sería el anillo de compromiso. Pero decidí no hacerle mucho caso a eso, por que Peter me dijo una vez, que no le interesaba casarse. Que quería estar conmigo sin necesidad de firmar un papel. Y yo siempre le seguía la corriente, obviamente.
Y pasaron los días, y llegó ese viernes de grandes sorpresas. La primera, fue totalmente inesperada, pues esperaba ver a Peter esperándome en el aeropuerto, y en cuanto llegué no estaba ahí. Me molesté un poco, pero la molestia se fue en cuestión de segundos cuando lo vi.
Era Adam el que estaba ahí.
Literalmente mi corazón se paró, cuando me di cuenta de que Peter no estaba, y en su lugar estaba Adam, esperandome, recargado en una pared, con sus lentes oscuros, y una chaqueta negra. No quise gritar simplemente para no verme como una idiota enfrente de él, pero lo habría hecho. Tenía una caja pequeña de regalo en la mano, y en cuanto me acerqué a él, hizo que soltara las maletas súbitamente para besarlo.
-Llevo más de media hora esperando a mi chica, y no llegaba!-me dijo, bromeando. Lo abracé, y volví a besarlo.Estaba tan feliz de verlo.
-Y Peter?...él dijo que estaría aquí-le dije a Adam mientras íbamos camino al estacionamiento.
-Me pidió que viniera a recogerte porque tuvo un imprevisto, y ya te imaginarás que le dije que si, sin chistar. Sobre todo, por que me va a dar tiempo suficiente para llevarte a desayunar, y ahí te podré dar mi regalo de forma adecuada...-dijo, de forma misteriosa, y yo por dentro me derretía.
Después de desayunar, me llevó a un parque pequeño, que estaba casi escondido. El día estaba excepcionalmente soleado para un día en Amsterdam. Todo resultaba perfecto para mi.
-Quería darte esto...-dijo, sacando de nuevo la caja de regalo. Me la dió y la abrí con cuidado. Era un brazalete con una "A".
-Es una A, por Audrey y Adam...-me dijo, tímidamente. Lo volví a abrazar y le dí las gracias...el brazalete era absolutamente hermoso. Adam me ayudó a ponérmelo, y mi teléfono sonó. Era Sam.
-Hola Audrey! ya llegaste a Amsterdam?...Peter le pidió de favor a Adam que fuera a recogerte al aeropuerto, ya llego? ya sabes lo impuntual que puede ser...-dijo, mientras Adam me abrazaba por la cintura y me daba un beso en el cuello. No pude evitar reírme, y le pedí que se quedara quieto.
-Ehmm...sii..ya llegué...de hecho ya pasó por mi y vamos camino a casa de Peter...-le dije, sin poder contener la risa de nuevo. Adam no tenía ni idea de que era Sam la que me hablaba, y preguntó en voz alta.
-Quién diablos es? ya cuelga maldita sea...estábamos bastante bien...-dijo, y al mismo tiempo se retractó de haberlo dicho tan fuerte.
-Ese era Adam?...-preguntó Sam en un tono severo, y yo me quedé completamente seria.
-Ammm...noo...no era él. Es un chico cerca de aquí, Adam está metiendo mis maletas al auto...-dije, intentando no sonar tan tonta, pero obviamente había fallado.
-Ah...bueno...-dijo Sam, con incredulidad.
-Bien, Sam! nos vemos en un rato, no?...-le pregunté.
-Si, claro...nos vemos...-dijo ella, algo desconcertada, y colgamos.
Me quedé mirando a Adam con algo de miedo. Ninguno de los dos queríamos que el secreto que habíamos guardado por tanto tiempo, se fuera por el caño por una tontería...
1 comentarios:
No ma!!
Te juro que hasta me hiciste sentir el coraje de cuando Sam habla y por el otro lado Adam la engaña!! No, no, no.....de lo mejor!!
Jajajajaja es increíble que hayamos vuelto a escribir, sabes que es la mejor terapia que existe!!
Me encanta...me siento honrada de llevar este blog contigo!!
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