La invitación seguía en la mesa, el sobre a medio abrir, los boletos afuera y un número telefónico que tenía que ser llamado en caso de que ella decidiera confirmar su asistencia.
Pero le aterraba ir. El presentarse ahí, sería recordar muchas cosas que ya había olvidado, o que al menos creía haber olvidado hasta ahora. En cuanto recibió el sobre de manos del cartero, le temblaron las manos al ver el escudo de la escuela donde pasó toda su preparatoria, y que le traía incesantes recuerdos, algunos buenos, pero más malos para su infortunio.
Hannah se veía patética ahí, sentada en el sillón, contemplando el sobre de lejos. No quería ir, pero por otra parte le resultaba bastante interesante saber qué había ocurrido con sus compañeros, con la nefasta Julie, que era una chica soberbia que siempre la molestaba de que no llegaría a nada. Apostaba que, para este momento, ya estaría embarcada con un par de niños, y un marido rico y pedante...pero, muy en el fondo también quería saber qué había sucedido con él.
Tendría novia? esposa? hijos?...una vida encantadora y perfecta? se habría vuelto un vago?...El mundo de opciones le pasaban por la cabeza, y le gustaba imaginar, más que todo, que estaba soltero, y sin compromisos.
Y después de pensar en eso, se quiso sacudir esos pensamientos de la cabeza. ¿Cómo podía querer eso después de todo lo que había sufrido con él? La trajo de arriba para abajo toda la preparatoria. Un día era te quiero, pero al otro no. Un día era "quiero estar contigo toda mi vida" y al otro día se desaparecía por semanas enteras. Nunca se sabía qué con John.
Pero tal vez era exactamente eso y un puñado de cosas más que habían hecho que Hannah cayera a sus pies...Era tan sorpresivo, tan inestable...y lo curioso es que por mucho que odiara esa inestabilidad, la amaba de la misma forma. Nunca se sabía que esperar de él, pero cuando era bueno...todo era maravilloso.
-Yo digo que deberías venir...no pierdes nada con intentarlo, además estoy segura de que quieres ver qué ocurrió con Julie y todas sus amigas...-dijo Molly, una de sus amigas de la preparatoria con la que todavía tenía contacto.
-Creeme, es tentador, pero es que si va él, no sé qué va a ser de mi...-le contesté, nerviosa.
-Vayas o no, tengo que confesarte que reservé por tí, por mi y por Ashley. Iremos las tres y nos enfrentaremos a esa bola de gente. Tienen que vernos...estamos bien, tenemos éxito, e iremos a restregarselo a todos en la cara...-dijo Molly, orgullosa.
-El que hayas reservado por mí, no significa necesariamente que iré...en serio no estoy segura...-le dije, a punto de morderme las uñas, Molly tomó mi mano y me detuvo.
-No seas tonta. Te espero afuera a las 7:00, y si no estas, yo me aseguro de que estes...-me dijo Molly riendose. Colgué, y seguí mirando con algo de miedo el sobre. Me paré del sillón, me acerqué al sobre y lo miré.
Tenía que ir. Era enfrentar ese miedo a lo que podría pasar. Además, tenía que saber qué había pasado con él. La curiosidad, despues de todo me estaba matando.
Y entre el sí y el no, más tarde me arreglé para salir. Escogí un vestido que no me pondría normalmente, y me arreglé de manera diferente. Quería que todos se dieran cuenta de lo que me había convertido. Quería verme feliz ante todos. Quería verme bien ante él, y de la misma forma, quería que pensara que ya no le daba mucha importancia a lo sucedido, no quería verme como una chica desesperada.
Y a las siete en punto Molly y Ashley ya estaban afuera. Nerviosa, bajé las escaleras, y nos fuimos a la fiesta. Las manos me sudaban, me sentía nerviosa y emocionada. Todo lo que ocurriría en el futuro de alguna forma dependía de lo que pasara ahí.
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