8. Nothing Else Matters.

El avión aterrizó al atardecer, y llegué a L.A más por obligación que por mi propio gusto. Siempre había sido de esas personas que preferían aplazar lo inevitable lo más posible, pero esta vez decidí que tal vez lo mejor era seguir con el trato, y adaptarme a las cosas de una vez por todas.

Al menos, todo el tiempo en NY me había ayudado a pensar con más claridad, y también me dió la oportunidad de ocuparme de algunos de mis asuntos, como la escuela. Pude conseguir que me transfirieran a una universidad en Los Ángeles, para que no perdiera el año, además de que también pude trabajar para las oficinas de Vogue ahí. Algunas de las tantas cosas que me preocupaban comenzaban a encajar en el rompecabezas y me sentía un poco más tranquila.

Ahora, lo único que faltaba era ver qué pasaría con mi hermana y Ville. Había planeado alejarme lo más posible de ella mientras estuvieran juntos, y tal vez darle una oportunidad a Jake, para sacarme a Ville de la cabeza. Y estaba muy decidida en cumplir aquello, hasta que me enteré que mi hermana se había ido a Inglaterra y que Ville probablemente estaría solo. Comencé a cuestionarme tantas cosas...¿Se habrían peleado? ¿Habrían terminado?...


Solo lo sabría hasta ir a averiguar. Llegando a mi nuevo apartamento, me arreglé especialmente para ir a verlo, y los nervios me mataban. Por un lado, quería hablarle para decirle que ya había llegado a L.A, pero quería sorprenderlo.

Tomé mi auto y manejé hasta su casa, que no quedaba muy lejos. Al llegar baje del auto, y la puerta de la entrada estaba entre abierta. Me metí, y caminé por la casa a oscuras, siguiendo el sonido de la música, que probablemente provenía del estudio. Crucé el patio trasero y me quedé parada en la puerta del estudio sin saber si entrar o no. No quería interrumpirlo. Sin embargo, pudo más mi curiosidad y lo encontré sentado con la guitarra, cantando algo.

Inmediatamente, sin siquiera voltear dejó de tocar. Sabía que alguien había entrado, y esperé a su reacción. Segundos después, dejó la guitarra a un lado, se paró y sonrió instantáneamente al verme.

-Creo que no es muy seguro dejar la puerta de tu casa abierta...-le dije, riéndo un poco.
-Oh, Bam...le dije que cerrara bien. Pero ahora me alegro de que no lo haya hecho...-me contestó, guiñandome el ojo. Por dentro, solo pensaba en las pequeñas cosas, los pequeños detalles como aquel, que me habían hecho enamorarme así. Me acerqué a él e inmediatamente me tomó entre sus brazos. Lo abracé lo más fuerte que pude y no nos dijimos nada.

Lo seguí fuera del estudio, y nos metimos a la casa. Me hizo sentarme junto a él en uno de los sillones y sentí una urgencia tremenda por preguntarle qué había pasado con mi hermana. Pero imaginé que podría verme demasiado desesperada por saber, y en cambio le pregunté como había estado.

-Solo...-contestó, con una sonrisa a medias, mirando hacia abajo...-Y vaya, no es que me queje. Me gusta estar solo de vez en cuando, pero no así. Tú te fuiste, Jane también...digamos que las cosas fueron todo menos lo que yo esperaba...-dijo, y sacó una cajetilla de cigarros de su saco. Me ofreció uno y lo tomé. Después de haber encendido el suyo y el mio, inhalamos al mismo tiempo. Suspiré.

Me miró alzando las cejas, y sonreí.
-Y tú?...qué tal NY?...-me preguntó, y bajé la mirada tal como él.
-Pues...digamos que todo tranquilo. Pensé todo con más tranquilidad, y honestamente, no llegué más que a la misma conclusión...-le dije, y solté una risita nerviosa.
-Y la conclusión fue?...-preguntó, con su voz tan profunda, que hacía que mis piernas se volvieran de vil gelatina.

Me quedé callada. Lo miraba nerviosa, las piernas me temblaban, mi voz no salía. Me paré del sillón, y me llevé las manos a la cara, al cabello...no sabía cómo contestarle. Tenía las palabras claras, pero no estaba segura de poder decirselo.
-Qué es, Kat?...tienes miedo de ser honesta contigo misma?-me preguntó, tal como si fuese la voz de mi conciencia. Cerré los ojos. Podía sentirlo detrás de mi.
-No, no...solo que...me cuesta tanto trabajo decirte lo que decidí así nada más...-le contesté, todavía más nerviosa. Fumé mi cigarrillo un par de veces, en busca de algo coherente qué decir, algo que no fuera demasiado comprometedor...algo que no denotara mi desesperación por estar con él...por besarlo. Pero era inutil. El callarlo tanto, solo lo hacía más evidente.
-¿Qué ocurre, Katherine?...- volvió a preguntarme. Sin embargo, esta vez no pude contenterme más. Tenía que hacer algo.

Sin más qué pensar, volteé a verlo, y me topé con su profunda mirada. En cuanto quise hablar, puso su dedo índice en mi boca, y rápidamente fue reemplazado por la suya.

No hubo más. Supe entonces que si quería hacerle saber lo que había pensado en todo este tiempo, esta tenía que ser la forma. Puso sus manos en mis mejillas, y me atrajo un poco más hacia sí, y me empujó lentamente hacia la pared. Sus manos bajaron poco a poco hacia mis hombros...mis brazos, mi cintura. Y sentí algo que juré jamás haber sentido con alguien más. Su boca bajó a mi cuello, y dejé de pensar. Mi mente se quedó en blanco...como en un trance.
-Te amo tanto, Katherine...-me confesó entre besos, y el trance se cortó inmediatamente. Lo hice a un lado, y negué frenéticamente con la cabeza.
-Ves? ese es el maldito problema. Dices eso, pero también se lo has dicho a mi hermana...qué no puedes simplemente decidirte?...-le pregunté, enojada.
-No creas que es tan fácil decidir, Katherine! si así fuera, ya habría escogido a alguna de las dos, pero...no puedo! simplemente no puedo!!-dijo, gritandome. Volvió a acercarse a mi, pero lo esquivé. Tomé mi bolso del sillón y quise irme, pero me jaló del brazo, y cerró la puerta.
-No, no puedo dejarte ir así, Kat...por favor...-me pidió, y pude ver la desesperacion en sus ojos. Me quedé inmóvil...esperando oír lo qué tenía que decirme.

-Jane...se fue a Inglaterra después de que supo que te había escrito una carta que iba a enviarte. La encontró en uno de mis libros y...se molestó conmigo después de eso...-lo miré sorprendida.
-Ibas a enviarme una carta?...wow...yo...
-Estaba dispuesto a buscarte. Necesitaba verte...-me dijo, intentando acercarse a mi de nuevo. Eso me sorprendió todavía más. Iba a buscarme. El hecho de que no solo quiso escribirme, sino que estaba dispuesto a ir a NY a verme, me daba escalofríos. Era una mezcla entre emoción y sorpresa demasiado grande.
-Tenía miedo de que después de que regresaras, ya no sintieras nada por mi...-me confesó.
-De todos modos tendrías a mi hermana, así que...¿Qué te preocupa?...-le pregunté, de nuevo molesta...-De seguro piensas que si no funciona con una, de todos modos tienes a la otra...-le dije, mirándolo severamente. Una sonrisa escapó de su rostro, y me sentí desconcertada.
-Me encantas, Katherine. Te amo, pero también amo de la misma forma a Jane y me encantaría poder explicarlo, pero no puedo. Y en todo este tiempo he intentado ordenar mi mente, he intentado tomar una decisión concreta...pero ustedes dos me han hecho un desastre. Ya no puedo escribir nada que no tenga que ver con ustedes. Las veo por todos lados, y comienzo a creer que ya estoy más allá de la locura. Y luego, cuando empiezo a inclinarme por alguna de las dos, apareces tú o aparece ella muy en lo profundo de mi mente...-dijo, llevándose la cabeza a las manos. Por un momento lo entendía, o al menos quería hacerlo. Probablemente no había nadie más que él,Jane y yo, que queríamos con tanta fuerza que aclarara su mente y confesara a quién quería más. No sabía si prefería mejor, que me dijera de una vez que era Jane, o que se decidiera por mi en el momento.
Me acerqué a él, y volví a besarlo. No le hice caso a mi razón por milésima vez en la noche, y opté por sentir sus labios electrizantes en los mios de nuevo.
-Quédate esta noche, Kat...no quiero estar solo...-me dijo, y casi como si no tuviese poder sobre mi misma, asentí sin siquiera pensar. Por un momento, dejé de pensar en Jane, y en cómo aquello podría empeorar las cosas con ella, si él no podía tomar una decisión en el momento, tenía que hacer algo para que tuviera más claro que tenía que ser yo la que se quedara permanentemente en su vida.
En mi mente, solo estábamos él y yo. Y nada más importaba para mi.

1 comentarios:

Alejandra dijo...

O_O Wow!
Estoy sin palabras.......
Jajaja es tan genial, digo.......es casi casi como si nos leyéramos la mente, quedo tan bien, tan exacto. Ahhhhh que emoción Mafie!! Ja te junto que quería gritar, pero mis padres están al lado y ya de por si me ven feo por estar tan metida en la compu, caray......
De verdad......TE QUEDO GENIAL!!
Ahora ¿Que escribiré yo? ^_^

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