You are a Goodbye.


Ella te amaba, y lo sabes.

Estuvo contigo cuando todo falló. Cuando las palabras te hacían falta ella te las regaló, cuando tu boca no podía emitir ni un sonido, te prestó la suya para poder hablar, para poder amar. Te mostró un camino luminoso, una salida a la cotidianeidad de tu vida, y cuando quisiste volar, te prestó sus alas, y corriendo detrás de ti, te dio un ligero empujón para que emprendieras el vuelo.

Te dio sus alas, y las rompiste.

No supiste ni cómo, ni cuando, salió dentro de ti ese pedazo de antimateria que comenzó a carcomérselo todo, que arrasó con el bosque de sus sonrisas, que fue rompiendo poco a poco todas las ideas magníficas que tenía sobre ti, y es entonces cuando recuerdas cuando ella te dijo que cuando estaba contigo, se sentía completa, se sentía feliz…y recuerdas también lo pleno que te hizo sentir que alguien más te necesitaba para funcionar, que requería de ti para existir.

Miras los rincones de tu casa, ahora medio vacía. La alberca ahora está llena de hojas, el jardín está seco, y hay vidrios rotos en la sala. La televisión dejó de funcionar y yace en el suelo, junto con la tierra de una maceta rota que antes contenía un puñado de flores amarillas que a ella le solían gustar. Te ríes mientras piensas que la casa, en el estado en el que está, es una perfecta representación de lo que es tu vida ahora. Y aprietas los puños, como si con eso pudieras evitar que todas las emociones se te vengan encima, que todas esas imágenes de ella en tu cabeza dejaran de hacer apariciones estelares en la marquesina de tu subconsciente.

Y ahí esta ella, gritando al lado de ti en un concierto, haciendo poses absurdas mientras se probaba un vestido que, aunque estaba fatal, en ella se veía hermoso, y sabes que aún puedes verla sentada al lado de ti en tu piano…callada, absorta en las notas que solían salir de tus manos…aun la sientes tras de ti en las escaleras…joder…aun puedes verla frente a ti…sus pecas, sus sutiles ojeras, su mirada juguetona. Y es entonces cuando decides añadir más destrucción a tu entorno, y tiras una a una las copas que alguna vez sirvieron para brindar por un futuro compartido, y tiras uno a uno los retratos que adornan las oscuras paredes de tu casa, pretendiendo que con eso, te olvides de su extraña magia, de su perversa sonrisa, que te olvides que fuiste tú, y nadie más que tú el que acabó, el que arrasó con cualquier trazo de amor a su paso…te sientes como aquella imagen de King Kong arrasando la ciudad. Un destructor, un completo aniquilador.


“We had the right love at the wrong time…” dice la notita encima del buró. Y la frase hizo exactamente lo mismo que aquella antimateria que logró salir de tus entrañas. Así como ella carcomió todo lo que quedaba de –Ella- ahora ella y sus palabras te carcomen a ti, el ciclo se perpetúa, se potencializa, y el daño que le hiciste se hace exponencial y tan solo de sentir lo mucho que te duele, sientes que no puedes ni mantenerte parado.

Ella es un adiós.

Los recuerdos vienen, los recuerdos van, y no puedes evitarlo. Y el tiempo va a pasar, y aunque pueden decirte que pasará, en este preciso momento no lo sabes, y no lo crees posible. Ella es un adiós, y todas las despedidas duelen. Adiós a sus brazos, adiós a sus arranques de locura, adiós a sus manos sobre las tuyas.

-No te vayas…por favor…-añadiste cual moribundo pidiendo su última voluntad.

Pero la suerte ya estaba echada, y sus maletas ya estaban en la puerta. Ella es un adiós,  ella es un adiós. Y así se quedará.

1 comentarios:

Alejandra dijo...

Yo no sé con cara dices que no tienes imaginación o inspiración par escribir historias! Maff esta increíble...oh por dios la ame. La verdad es que ea bueno estar de regreso. Oh! Por dios que feo sentimiento ese de perder algo y darte cuenta que tu también lo necesitabas.

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